Qué esperar de la elección en Paraguay

El próximo domingo 30 de abril, Paraguay elegirá a su próximo presidente. Para conocer más sobre el escenario electoral, el sistema de partidos y el modo de votación, conversamos con dos especialistas en la historia política y electoral del país: Magdalena López, licenciada en Ciencia Política, doctora en Ciencias Sociales (UBA) y Coordinadora del Grupo de Estudios sobre Paraguay (IEALC) y Fernando Martínez Escobar, doctor en Ciencias Sociales (UBA) y miembro del Grupo de Estudios sobre Paraguay (IEALC).

CICAD: Queríamos consultarlos primero por un contexto general de lo que va a pasar el domingo en Paraguay. 

Magdalena López: el domingo va a haber elecciones generales en Paraguay, esa es la única certeza que tenemos. Lo demás está bastante reñido. Las encuestas confiables y las no confiables hablan de un empate técnico entre los dos candidatos centrales que son Santiago Peña, por el Partido Colorado, y Efraín Alegre, por la Concertación. La Concertación es una alianza un poco más estable que se intenta realizar luego de dos alianzas previas, una de ellas la que llevó al gobierno a Fernando Lugo en 2008 y que terminó en el juicio político de 2012. Estas dos fuerzas están hoy en un empate técnico. Lo otro interesante que va a pasar el domingo es cómo van a quedar formadas las cámaras por el tipo de sistema de votación. 

¿Cómo es el nuevo sistema de votación?

ML: No es más la clásica lista sábana de otros países sino un tipo de boleta desbloqueada, que atomiza mucho las candidaturas. Diseminó la propaganda política, dividió los recursos económicos entre muchos candidatos que, a pesar de ser del mismo partido, compiten por un escaño entre sí, dado que el voto es a un diputado, a un senador y no a un partido. Eso da un resultado difícil de seguir por la disponibilidad de candidaturas. El sistema D´Hondt, que rige en Paraguay y en otros países de América Latina, ya beneficiaba a los partidos mayoritarios y el desbloqueo de listas, aparentemente, también beneficia a los más grandes. Hay un doble beneficio. No veo probabilidad entonces de que tengamos un Congreso más diversificado.

¿Cuál es el escenario electoral previo a la elección?

Fernando Martínez Escobar: En Paraguay tenemos dos grandes partidos: el Partido Colorado y el Partido Liberal (actualmente PRLA), que fueron creados a fines del siglo XIX. Entonces, tenemos por un lado al candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, surgido de una interna dentro del partido en diciembre del año pasado. Por el otro lado, en la oposición, la principal candidatura sería la de Efraín Alegre, que proviene del Partido Liberal Radical Auténtico, que es el otro gran partido. Alegre también surge de una interna pero que se realizó por primera vez a padrón abierto y que incluyó al PLRA en conjunto con otros partidos y movimientos de oposición, dentro de algo llamado la Concertación. Efraín Alegre es el candidato de la Concertación y no solo del PRLA. 

¿En dónde quedó el Frente Guazú?

FME: El Frente Guazú, que es el partido donde está Fernando Lugo, tiene una parte dentro de la Concertación Nacional y otra no. Lugo es candidato a senador de ese frente. Pero el Frente Guazú apoya a dos candidaturas a presidente: una parte apoya a Efraín Alegre y otra a Euclides Acevedo, que es otro candidato de la oposición. 

¿Y el resto de los candidatos?

FME: En tercer lugar aparece un candidato que se llama Paraguayo Cuba, más conocido como Payo Cuba. Un candidato que ha crecido en apoyo últimamente, muchos hacen ciertas similitudes entre Payo Cuba y un candidato como Milei en Argentina. Es la sorpresa de estas elecciones. Este sería el escenario que se plantea en estas elecciones. Los candidatos del Partido Colorado, en general, logran un 40% en las elecciones. Ese es el piso. En un país, y esto es importante, que no tiene segunda vuelta electoral. 

¿Cuál es el impacto que ha tenido la modificación del sistema electoral? 

FME: la primera vez que se aplicó este nuevo sistema fue en el año 2021 y ese sistema favoreció a los partidos más grandes. El sistema paraguayo para la elección al Congreso eran las listas cerradas y bloqueadas, como el sistema argentino. Y con la misma fórmula de D’Hondt para el reparto. Hace dos años eso cambió por listas cerradas pero desbloqueadas, con voto preferencial. Eso significa que uno puede votar por la lista del partido cerrada pero puede redefinir el lugar del candidato dentro de la lista. Ya hemos visto algunos efectos. Por un lado, hace que las campañas sean más costosas. Porque todos los candidatos, sin importar en qué lugar de la lista estén tienen posibilidades de competir. Antes los recursos estaban más centralizados a través del partido y ahora cada uno se los gestiona. 

¿Cómo fue la experiencia con el nuevo sistema electoral en las elecciones municipales en el año 2021?

FME: Se observó el fortalecimiento de los partidos más grandes y mayor competencias. En las elecciones municipales, efectivamente el Partido Colorado tuvo su mejor elección en términos de bancas municipales a nivel de concejales. Vamos a ver qué ocurre ahora, si se repite esto de las municipales y se confirma en las elecciones al Congreso. 

¿Qué rol tuvo el Partido Colorado en las modificaciones del sistema electoral?

FME: Paradójicamente, no fue el Partido Colorado el gran impulsor de la reforma electoral. El gran impulsor de esta ley fue un pequeño partido de la oposición, que se llama Patria Querida, que buscaba modificar el sistema electoral desde hace unos años. La idea era que el ciudadano, al conocer a quien va a votar directamente, tenga una conexión directa con el candidato. Se buscaba individualizar la política, en contra de las listas sábana que ocultaban otros candidatos atrás del que iba primero. 

ML: El reclamo por el fin de las lista sábanas es un reclamo que surge de una movilización social y lo toma como propio Patria Querida. Pero lo inicia una movilización social y lo toma una persona de apellido Núñez, que canalizó en cierta forma a un descontento que tenía que ver con el rejunte de candidaturas. Las listas sábana tienen un montón de problemas también y se veía, sobre todo, en el Partido Colorado cuando cuando había recambios o algún desplazo o alguien que se iba a otras funciones y asumían personas que habían sido caracterizadas por casos de corrupción. Gente que cuando estaba en el lugar 25 nadie la miraba pero cuando asumían sí. Entonces hubo varias resistencias, incluso algunas más cercanas hacia la década del 2000 y Patria Querida fue el partido que tomó esa demanda como cruzada propia. Patria Querida es un es un partido político con un perfil muy empresarial pero hasta en los sectores progresistas había como una idea de que podía funcionar el desbloqueo. Pero luego el Partido Colorado tiene 40 caudillos importantes que traccionan votos todos. Los partidos progresistas, no. No tienen 40 que sean tan públicos. Lo que me interesa pensar es que ninguna de las dos listas funciona realmente bien. Lo que se decía con esta es que ganabas en representatividad porque había un voto vincular directo. Para los que nos desvive la teoría de la representación esto es importante: la idea de que votases a una persona además de a un partido supuestamente te garantizaba mayor representatividad. Esto se rompe porque para eso tendrías que conocer todas las opciones que estás votando. Es una disputa sobre cómo se construye el poder al interior del partido. Esto vino con la excusa de que había funcionado en países nórdicos, de Europa, donde efectivamente hay hasta listas abiertas. Claro que es otra cultura política, ni mejor ni peor, pero distinta. En Paraguay hay dos partidos. Hablamos de la muerte de los grandes partidos pero en Paraguay están más vivos que nunca. Entonces, había que pensar cómo iba a impactar eso en una cultura política tan asociada a la identidad partidaria. Ser del partido liberal o del partido colorado son formas de construir identidad en Paraguay. 

¿Eso cómo se combina con el voto electrónico?

ML: Esto vino en paralelo a la recuperación de la urna electrónica. Cuando se aprueba la lista desbloqueada y se reconoce la complejidad y la necesidad de que la gente vea toda la oferta, entonces optaron por volver con la urna electrónica. 

FME: A comienzos de la década del 2000, Paraguay probó utilizar la urna electrónica. Las usó en las vicepresidenciales del año 2000, por la crisis institucional de 1999. En ese momento, Paraguay había empezado a probar con las máquinas que usa Brasil. Después hubo una discusión sobre la legitimidad del sistema y se volvió al método manual. Recientemente se volvió a utilizar la boleta electrónica con una salvedad: la incorporación de un recibo. El sistema anterior no emitía ningún comprobante de lo que habías votado. El sistema actual en Paraguay se cambió, se emite un comprobante y ese comprobante se deposita en la urna para que la persona pueda saber por quién votó efectivamente. Es una readaptación al método paraguayo, hay cuestionamientos sobre el voto electrónico en Argentina, la hubo en Brasil si era no fiable las urnas electrónicas.

ML: Otra experiencia que hubo en Paraguay fueron las elecciones de 2003 en las que ganó Nicanor Frutos. Ahí se utilizó un sistema híbrido: la mitad del padrón votó con urna electrónica y la otra mitad de manera manual. La experiencia fue bastante caótica al momento de cargar los datos. Hubo mucha disputa respecto a los datos cruzados y fue justo la elección en la que el Partido Colorado ganó con la menor cantidad de votos. Otro elemento que quería marcar es que quizás una de las críticas más grandes que se le hace al voto electrónico es la trazabilidad del voto.  La realidad es que Paraguay tiene un sistema de resguardo de boleta papel que es bastante deficitario, la boleta de papel se desecha y lo único que se guarda es el acta de cada mesa. El acta está firmada generalmente por los veedores de los partidos, los autoridades de mesa, hay garantía de que haya un liberal, un colorado y una tercera fuerza, que en general tiene más dificultades para conseguir un fiscal por mesa, como pasa en otros países de América Latina. Entonces, hay una cierta dificultad en la trazabilidad del voto porque ante la sospecha de fraude electoral, teniendo en cuenta que hay un desechamiento muy veloz de las de las boletas, solo queda el acta. Hay una ONG muy conocida acá, que se llama Tedic que ha hecho un trabajo muy interesante con distintos especialistas donde se rastrea el voto electrónico en Paraguay y elabora críticas sobre la experiencia. 

¿Cómo es la regulación del sistema electoral respecto de la paridad de género? ¿Cómo interactúa con las preferencias y la lista desbloqueada?

ML: Existe una ley de cupo pero no una ley de paridad. La ley de paridad existió. Se aprobó en Senadores, pasó a Diputados y ahí se hizo una especie de desguace de la ley que termina siendo una ley que dice, casi literal, que hay que incentivar que las mujeres participen. Saca toda la obligatoriedad y deja solo el incentivo a que el Estado se comprometa a garantizar mecanismos. Fue medio escandaloso porque llegó al Ejecutivo que la tuvo que vetar porque era peor que la que ya existía. Entonces termina sobreviviendo la de cupo. En una charla que dio Line Bareiro, una especialista paraguaya en género y política, dijo “yo escucho a mis colegas mujeres de otros países porque las mujeres van en segundo lugar y yo me enojo porque vamos en el quinto”. Como el porcentaje que tienen que cubrir es tan bajo quedan en cuarto o quinto lugar y ahí sí hay muchas menos chances de que una mujer llegue a un espacio de poder. 

FEM: no hay una ley de paridad, hay una ley de cupo del 20% que es del año 96. Después cada partido puede regular. El PLRA estableció un estatuto con reglas de paridad para sus elecciones internas. Ahora, con el nuevo sistema electoral si bien de base las listas liberales van a ser paritarias, luego la lista que finalmente va a usar el partido no es paritaria, porque la ordenan las preferencias y hay una disputa de todos contra todos al interior de la lista. Entonces, la otra discusión no es solo si este sistema va a beneficiar más a partidos grandes sino también si va a empeorar más la participación de las mujeres en los poderes legislativos. En la Cámara de Senadores el porcentaje de mujeres no llega al 20%, está en el 18% y en la Cámara de Diputados está un poquito más abajo. Es una de las más bajas de la región. Solo Brasil estaba más abajo que Paraguay, hasta antes de las últimas elecciones. 

¿Qué posibilidad hay de cuestionamientos o impugnaciones al resultado electoral el próximo domingo?

ML: No hay elección en Paraguay en la que el que pierde no impugne el resultado. Ninguna. En todas el que pierde desconfía de la veracidad del conteo. Es casi un ritual. De hecho, como Efraín Alegre ha perdido muchas elecciones hay una especie de chiste sobre que es que quien no reconoce al ganador. De las elecciones que cubro, de 1940 a la actualidad no hubo nunca una elección sin cuestionamientos. Luego se acepta. Es más una ritualística política, una resistencia, que una falta de reconocimiento que después pueda tener consecuencias jurídico-políticas. Pero siempre hubo desconfianza pública de parte de quien pierde las elecciones respecto a la veracidad de los datos y el conteo. 

FEM: Hay todo una línea de no reconocer resultados por ejemplo en Brasil, lo que pasa en EEUU hasta ahora. Creo que podemos ver acá un Partido Colorado que dice que Efraín tiene hackers concentrados en un edificio. Un sector liberal que también dice que el Partido Colorado puede cargar las urnas. Ese es el relato de los sectores en torno a esto. Eso puede pasar. Pero hay algo importante. En estas elecciones, además de presidente se eligen otros cargos por debajo: legislativas , gobernaciones, concejales de los departamentos. Con lo cual, como pasó en Brasil, es una elección que arroja ganadores múltiples. Entonces, no reconocer el resultado también afecta eso. Por eso no reconocer la derrota puede empezar con fuerza pero después la va perdiendo. Porque los sectores ganadores de tu propia fuerza política no salen a apoyarte.

¿Qué perspectivas hay sobre los niveles de participación? 

FEM: Se espera una participación en torno al 62, 63% que es más o menos el número histórico. Las generales suelen tener más participación que las municipales. Lo que habría que ver es qué porcentaje de abstención está dentro del sector más joven. En Paraguay hubo un cambio: se pasó del registro voluntario para votar al registro automático. Toda persona que cumple 18 años está escrita automáticamente. No sabemos si eso se va a reflejar en los niveles de participación de los sectores juveniles. 

ML: La participación en torno al 60 % se viene manteniendo en las generales. Creo que el mayor problema no es tanto la participación, que es relativamente estable, sino la participación de algunos sectores etarios. Se está notando que hay un desvinculamiento de la gente más joven de la práctica electoral. Lo que sí se ha dado hace dos elecciones, claramente, es la desvinculación de la práctica electoral de ciertos sectores más jóvenes. Me parece que es un problema en términos de que hay una política que no le habla a esos sectores, que no los interpela y no los convoca. Es un problema de muchos países, quizás en Paraguay se nota más porque es un padrón más pequeño, entonces es más fácil hacer ese seguimiento. Como además es un país unitario es más fácil el seguimiento porque no están tan divididas las elecciones. Habría que ver en esta elección si no hay un incremento en la participación de los jóvenes por la figura de Payo Cubas. A veces se hace la comparación con Milei, quizás más de lo que corresponde, pero si hay algo en lo que se parecen es en que salen a buscar a la gente que no se siente interpelada por la política contemporánea o al menos por los actores hegemónicos. Habrá que revisar luego de las elecciones si ese discurso anti partidos, corrupción, elites, interpeló a la juventud o si en realidad está interpelando un voto conservador de otros sectores del partido liberal o colorado y se los está sacando de ahí. 

ML: Payo Cubas es un actor nuevo. El relato, al parecer, logra cautivar a ese voto enojado con el sistema, que está enojada con su propio partido. Esa es la gente que dice que iría a votar a Payo. También es cierto que cuando uno mira encuestas, aunque hay muchas, uno ve que la composición del voto a Payo Cuba es de un votante no tan seguro de ir a votarlo, que podría cambiar su voto todavía. Si pasa eso se va a confirmar lo que suele pasar: las terceras fuerzas se suelen desinflar hacia el domingo y eso hace que crezcan las primeras dos y haya una disputa más pareja. 

La entrevista completa:

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